Monday, June 24, 2013

http://mirockandroll.blogspot.com.ar

http://mirockandroll.blogspot.com.ar/2012/01/tildaflipers.html



El otro sábado nos fuimos a un recital a la tarde con Del Re. Hicimos esas cosas que lo hacen sentir a uno seguro, afirmado en la realidad: ir a comprar cerveza a un almacén, sentarse en la vereda a esperar que abran la puerta, comer alfajorcitos de maizena, escuchar una banda vernácula de HC en un galpón. El local tenía la vidriera que da a la calle pintada de negro y ninguna inscripción que aventurase algo de lo que adentro pudiera suceder. Ni bien entré conocí a dos pibes entrañables que siguen estas crónicas. Cuando empezó a tocar Nacen muertes Del Re me miró preocupado. Los instrumentos estaban enchufados directamente a los amplificadores, la música era rabiosa, el volumen infernal, el sonido rebotaba en los techos altos del tinglado y todo acoplaba de una manera ululante. A mi me preocupaba no distinguir la voz del cantante que estaba vestido con trajecito de arlequín blanco y negro y una gorra a lo Guillermo Tell, el legendario héroe suizo, dando la impresión de conjunto de un drugo de Burgess. A Del Re lo incomodaba el daño auditivo que su fino oído de músico podía sufrir en estos trances. Entendí que era una de sus herramienta de trabajo cuando me pidió salir a la fresca al final del primer número musical de la tarde noche palermitana. Siguió el trío de Conurbano profundo (Catán, Laferrere, San Martín) que aborda el metal con la vocación experimental que sugiere esa galería de términos que lo connotan (drone, sludge, doom) pero de nuevo la batería y la guitarra distorsionada se superpusieron al cantante lo que menguó la expresividad del grupo. Gran simpatía sentí por este sujeto de pelo corto y raya al costado que vestía a la manera de un oficinista que el viernes a la tarde se desabrocha la camisa y la saca fuera del pantalón para volver cómodo al hogar, aunque tuve que conformarme con el rostro gesticulante que se las arreglaba para transmitir inaudibles gritos apasionados. Al final los Tildaflipers consiguieron modular un sonido estereofónico que a esta altura parecía un prodigio. Experimentación electrónica, dub, voces espectrales, imágenes de autoflagelaciones, supliciantes y ejércitos totalitarios indujeron a un estado hipnótico, en serio. Tal es así que sólo en casa, esa misma madrugada, descubrí la belleza visual del conjunto cuando reproduje las imágenes que filmé con una camarita de morondanga. Me habían dicho un rato antes que era el grupo de Tommy Delmar, de los legendarios Delmar y 7 Magnificoz, punk original del cambio de siglo que me perdí durante esos años que me aislé en una casa de altos estudios y que hoy me revuelco de alegría mientras escucho.

No comments: